Fuente: Venado24
Luciana Cavanagh se define a si misma como “Pintora de humanos”, esa es su forma de andar por la vida y su modo de ganarse el pan. Artista del make up, da cursos por los pueblos, explota de creatividad en las redes y en la vida real. Los cuerpos intervenidos por sus pinceles ingresan en otra dimensión, adquieren otro volumen, son más libres, más bellos. Es una artista con ideas infinitas y su lienzo son las pieles.
No hace mucho, editó un Manual de Maquillaje que vende ella misma y ahora decidió ir un poco más allá y empezó a pergeñar una serie audiovisual con una pregunta tan inquietante como simple: “¿Por qué se pintan los humanos?”.
Venadense, hoy pasa la mayor parte de los días en Rosario, pero siempre está volviendo. El año pasado, después de su último viaje de tres meses por Europa, donde también llegó hasta Marruecos, al regresar no sólo se encontró con las consecuencias de la inflación, sino que además “me puse a pensar por qué se pinta la gente… más allá de lo ritual o ceremonial, entender el porqué”, señala.
Nutrida de un backup de experiencias y muchas filmaciones de sus viajes por China, Italia, España o Francia, decidió que tenía algo para contar: “Busqué material sobre el tema y encontré muy poco, entonces pensé que quizás era el trabajo que me tocaba hacer a mí. Entonces busqué un formato ágil y actual, directamente pensado para Instagram, con capítulos que no duren más de cinco minutos”.
Esa serie ya tiene un adelanto en sus redes sociales, plantea varias preguntas y ya consiguió algunas respuestas, pero todavía espera un viaje que puede ser revelador: “No sé cuántos capítulos serán en total porque mi final es llegar a Ushuaia, donde está el Museo Selkman, de los onas, una tribu que se pintaba completamente y son muy llamativos por su tipo de pintura, el frío en el que vivían, al punto que Darwin los nombra en sus expediciones porque le llamaron la atención. Rendían tributo a determinados dioses para que no volviera el matriarcado”, revela.
Un encuentro revelador
“A mí siempre me gustó leer y escribir, investigo mucho y tengo imágenes de todos los viajes que he hecho, entonces voy armando distintos capítulos de la serie para llegar a una cercana conclusión de por qué se pintan los humanos”, remarca Luciana Cavanagh.
En todo ese proceso, hubo un encuentro revelador: “En Marruecos conocí a una profesora de Arte, que vive en España y había obtenido una beca trabajando sobre los Selknam, y me dijo cómo siendo de Argentina no me involucraba en el tema. Yo he trabajado algo sobre la pintura corporal, hice una muestra Ánima Mundi que tenía que ver con eso, pero ahora quiero ir a lo profundo y en qué reside la pintura, si es para quitar por un rato la angustia de la existencia humana o si viene por otro lado”, añade esta profesora de Literatura que movilizada por estas dudas se animó a inscribirse en la Facultad de Antropología.
Por eso este proyecto tiene un punto cúlmine para su objetivo: “Apunto a conseguir un sponsor que me permita llegar a Tierra del Fuego para hacer el cierre, porque además en este momento social y político que tenemos, me parece importante hacer énfasis en las cosas que tenemos en nuestro país”. Y si bien tiene todo pensado, Luciana está convencida que “la respuesta final va a estar en Ushuaia”.
Respuesta en primer plano
Sin ser experta en la materia, armó en soledad los primeros capítulos de la serie: “Me encontré con mucha gente que me dijo que me iba a dar una mano y nunca apareció, entonces decidí hacerlo sola porque tengo una ansiedad creativa que me lleva a concretar y compartir con la comunidad. Hice un pequeño anticipo y tuve un montón de devoluciones muy buenas, cada uno contándome su vínculo con el maquillaje o la visión de la pintura corporal. Hice la edición, algo sabía pero fui aprendiendo en el camino, con una rusticidad en mi trabajo”, admite quien tiene experiencia de rodaje en documentales ya sea maquillando o haciendo la dirección de arte.
Cavanagh siempre habla a través de su obra, pero en este proyecto se pone ella misma en el primer plano: “Estoy narrando en primera persona mi experiencia, a mí siempre me gustó dibujar y pintar, pero llevarlo a la pintura corporal que es efímera y encontrar la manera de que se convierta en un medio de vida, me di cuenta que no es tan frecuente. Y ahora lo quiero compartir”.
La idea es ir lanzando un capítulo cada quince días, partiendo de una pregunta y buscando respuestas, con la certeza de que “te salva la imaginación en los peores momentos, te salva tu curiosidad y las ganas de hacer otras cosas diferentes a lo redituable, que tienen que ver con el goce de cada uno”.